Las várices aparecen por la falla en sus válvulas que son las compuertas que impiden que la sangre refluya hacia abajo o hacia la piel.
Las válvulas fallan principalmente por características propias del ser humano, es decir por la herencia (genética) de la persona. Es por esto que hay mucha gente con várices dentro de algunas familias y en otras no. Esto también explica porque hay razas que presentan más várices que otras.
Otros factores que colaboran en el desarrollo de las várices son el sobrepeso, el sedentarismo, el embarazo y trabajos que exigen posiciones estáticas como estar mucho tiempo de pie o sentado.